domingo, 15 de enero de 2023

ESCUELA DE PADRES Y EDUCADORES: EDUCAR ES UN ACTO DE AMOR SOCIAL

EDUCARNOS PARA EDUCAR

El pasado 14 de enero de 2023 tuvo lugar la presentación de una nueva tanda  de  ESCUELA DE PADRES y EDUCADORES organizada por Encuentro y Solidaridad en Burgos. Con una gran afluencia de público, en el salón de los carmelitas rebosó  un ambiente de alegría y ganas de formarse entre el centenar de padres y educadores que asistieron.  Todo se ha realizado desde la gratuidad y el  sábado 28 de enero dará comienzo la primera sesión.

Hace 3 años tuvo lugar el curso básico "Educarse para educar". Este año está  centrado  en la etapa de la adolescencia. El curso será impartido por los expertos Clemente Guerra, educador e ingeniero jubilado que ejerció 32 años como profesor en el instituto politécnico Cristo Rey de Valladolid y su esposa Maricarmen Sanz maestra de Educación infantil y orientadora familiar.  Este matrimonio de origen burgalés lleva más de  35 años impartiendo este tipo de cursos y ya lo han hecho en más de 60 colegios, públicos y privados. Estos educadores enamorados de su profesión, con gran dosis de humor y humildad, intentarán a lo largo de 5 sesiones  proporcionar a los padres y educadores recursos  que les ayuden a corregir conductas y prevenir conflictos, así como herramientas para fomentar las fortalezas y virtudes. Se pone en marcha esta escuela con el objetivo de educar la actitud que los progenitores toman respecto a su familia y aprender a "disfrutar de los hijos" con el fin de que sean ellos quienes "conquisten su autonomía y madurez".


Algunas personas que asisten este año son repetidores. En esta escuela es muy recomendable repetir curso. Como dicen los expertos:
 "El educador que no está dispuesto a educarse, no educará bien."El éxito no hay que buscarlo, de entrada, en la respuesta del hijo, sino en la ACTITUD de los padres".  


El mejor regalo que podemos hacer a nuestros  hijos es educarnos como padres. Es una gran alegría encontrarnos, juntarnos para formarnos, cuando todo invita a lo contrario. Vivimos en un cambio de época y el mundo es más complejo y ahora es más difícil educar. Se han perdido referencias donde anclar certezas. Los padres ahora están desbordados y angustiados al comprobar que son otros los que "educan" a sus hijos. Y ningún pueblo puede permanecer libre cuando el Estado o el mercado, con sus incontables pantallas digitales, tiene más influencia que la familia sobre el conocimiento y los valores transmitidos a los niños.  Hoy vivimos un virus peor que el del covid-19, es el del individualismo y el egoísmo, del "sálvese quien pueda" que impide que podamos responder solidariamente a los grandes desafíos de nuestra sociedad y de la familia en particular.

LA EDUCACIÓN ES UN ACTO DE AMOR 

"La educación es un acto de amor” expresaba Paulo Freire, por lo tanto, educar requiere amar mucho, y amar como los jóvenes necesitan ser amados. Firmeza y ternura creando vínculos de diálogo, confianza y responsabilidad con ellos. Educar es algo que se lleva dentro, es un acto de amor. No puede ser un problema que nos sobrepase, sino un acto de amor que, exige mucho de nosotros.  Es una relación de afecto que transmite cariño y promueve valores, los valores de la solidaridad y de la justicia hacia los más débiles y necesitados.  "Se equivocan de pregunta - decía Lorenzo Milani a los educadores- No deberían preocuparse de cómo hay que hacer para dar escuela, si no cómo hay que ser para dar escuela"Es verdad aquello que decía Don Bosco: “Si no hay relación de afecto, demostrado y percibido por el muchacho hasta provocar su correspondencia, o en último término, el deseo de amar a quien le ama, no se da con la clave de la educación, porque no se posee la llave del corazón del joven”. 

El papa Francisco lo expresa así"La educación es un acto de amor, es dar vida. Y el amor es exigente, pide encontrar los mejores recursos, para despertar la pasión y comenzar un camino con paciencia junto a los jóvenes". "No se puede crecer, no se puede educar sin coherencia”. " Por esta razón, -dice el Papa-, el propio educador necesita un aprendizaje permanente".  Y en uno de sus tuits nos hace esta invitación: “Padres, ¿saben “perder el tiempo” con sus hijos?. Es una de las cosas más importantes que pueden hacer todos los días”.


LA FAMILIA ES ESCUELA  Y FUENTE DE SOLIDARIDAD

Quisiera traer ahora a la memoria algunas ideas fundamentales sobre la importancia de la familia.
La familia es la primera escuela. Sin las familias todo el sistema educativo carecería de cimientos. La familia es vital para los niños. En la familia se aprenden los criterios, los valores y las normas de convivencia esenciales para el desarrollo y bienestar de sus propios miembros y para la construcción de la sociedad: libertad, respeto, sacrificio, generosidad, solidaridad. Es el ámbito humano donde se vive con mayor intensidad la entrega desinteresada de uno mismo a aquellos de quienes, por su condición, menos cabe esperar una compensación: los niños y los ancianos. Esta entrega al más débil es, además, un factor de humanización y solidaridad imprescindible para la propia vida social. En la actualidad, la familia se ha convertido en el núcleo de estabilidad para sus miembros con problemas de paro, enfermedad, marginalidad o dependencia, amortiguando los efectos dramáticos que dichos problemas ocasionan. La familia es hoy el primer núcleo de solidaridad dentro de la sociedad.


Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos (ONU, 1948. Artículo 16.3) La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.  Y en el artículo 26.3 se dice. "Los padres tiene derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá que darse a sus hijos". También la Convención sobre los Derechos del Niño (ONU, 1989 – Preámbulo) reconoce que “La familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad”.   Es necesario subrayar una vez más, que en el artículo 27.3 de nuestra Constitución se dice: "Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones"

Por tanto, es importante señalar que cuando se daña o debilita un bien como la familia, como célula básica de la sociedad, toda la sociedad se debilita. La familia es el primer lugar donde se aprende a escuchar, a compartir, a soportar, a respetar, a se solidario. Su fuerza reside en su capacidad de amar y enseñar a amar. La familia es un bien esencial de todo desarrollo humano y social sostenible. Históricamente la familia cristiana y es especial la madre cristiana ha sido la gran maestra de la cultura solidaria y fraterna. Cómo decía san Juan Pablo II: "El futuro de la humanidad se fragua en la familia", y en estos momentos de pandemia y crisis hemos descubierto su fragilidad y por eso es muy importante fortalecerla y protegerla.

Por otra parte, conviene recordar lo que defendió el Congreso de Asociación Internacional de trabajadores, ya en el siglo XIX, en el año 1867, en la ciudad de Laussana : “La familia es la piedra angular de todo el edificio social. Es la fuente de la fraternidad”. Algo similar decía san Juan Pablo II cuando escribía para la Jornada Mundial de la Paz de 2014: “La familia es la fuente de toda fraternidad, y por eso es también el fundamento y el camino primordial para la paz, pues, por vocación, debería contagiar al mundo con su amor.” Y como dice el papa Francisco: " La familia es el tesoro más grande de un país. Esforcémonos todos en proteger y afianzar esta piedra angular de la sociedad" y da gracias a Dios "por los padres que tratan de vivir el amor y siguen adelante, aunque caigan muchas veces a lo largo del camino". "Saber perdonar y sentirse perdonado es una experiencia fundamental en la vida familiar", añade. Sin duda alguna la familia es el centro y el corazón de una civilización del amor , la solidaridad, la justicia y la fraternidad.

En fin, estáis todos invitados. Todavía hay plazas si alguna familia o educador se anima , merece la pena. Y termino con estas hermosas palabras de un gran educador, Julián Gómez de Castillo: "La fuerza de cambio que necesita la sociedad está en la familia solidaria, que es entusiasmante y es capaz de crear a su alrededor entusiasmo. Entusiasmo y solidaridad que sólo se transmite desde el testimonio vital y nunca desde la palabrería."


Francisco Rey,
 profesor de secundaria, uno de los responsables de esta escuela de padres y educadores  que organiza el movimiento apostólico Encuentro y Solidaridad.






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