sábado, 29 de enero de 2022

LA NUEVA PLAGA ENTRE JÓVENES YA SE HA INSTALADO: LA PORNOGRAFÍA.

El 80% de ciudadanos de Occidente la ve casi a diario. Con acceso a internet, es complicado que los padres pongan límites. Se ha convertido en una adicción más grave que la cocaína. 

Hay más de 1.500 millones de páginas de pornografía en internet.



Dr. Enrique Rojas, es Catedrático de Psiquiatría.

En este momento, el uso frecuente de la pornografía en los jóvenes ha crecido de forma exponencial, ya que mas del 80% de los jóvenes del mundo civilizado ven pornografía casi a diario.

El acceso a la información hoy en día es ilimitado. Por mucho que los padres intenten poner límites a la entrada a internet para los pequeños de la casa, siempre hay alguna página web, película o serie de televisión que deja entrever sexo, drogas y alcohol. Y a los jóvenes nunca les ha faltado creatividad a la hora de saltarse las normas paternas.

"El 'porno' es una mentira sobre el sexo. Ofrece una idea de la sexualidad utópica y se convierte en una obsesión de distintos grados"

En la pornografía se da una sexualidad explícita y concreta, en la que el sexo se convierte en mercancía degradando a su consumidor y degradando a las figuras participativas, principalmente a la mujer, que se convierte en un mero objeto sexual.

El contacto reiterado con la pornografía con más o menos intensidad y frecuencia se ha convertido en una epidemia mundial, arruinando vidas, matrimonios, familias, gente atrapada en las redes de este drama oculto y enmascarado.


El binomio

Hoy en día, la juventud ve esas escenas sexuales como algo normal y natural, lo que perjudica las relaciones de pareja, ya que conduce a un sexo desvinculado, de usar y tirar; a la desinhibición sexual total, que si se une con el bullying resulta en una mezcla peligrosa, mucho más si la persona está rodeada de amigos (o simplemente de personas desconocidas que le hagan de público), porque sorprendentemente el ser humano es un animal que no reacciona por instinto cuando está en compañía sino por narcisismo

  Pero esa es otra historia.


Pornografía y masturbación forman un binomio. Nadie dice que ve pornografía. Los jóvenes sí lo hacen entre ellos y lo comentan con cierta naturalidad. Me decía uno: “Todos estamos en eso, hoy es lo más normal”. Es placer sin alegría; gozo sin felicidad. Es un espejismo, una ilusión falsa. Es el sexo con uno mismo, tirando del archivo de imágenes que se almacenan en la memoria. Se busca un sexo rápido, inmediato… sin la menor implicación con la persona que aparece en la imagen… Todo se vuelve superficial, efímero, epidérmico… La pornografía es una mentira sobre el sexo. Es maestra en ofrecer una idea de la sexualidad utópica y se convierte en una obsesión de distintos grados, según el nivel de consumo que esa persona tenga.

La aparición de escenas sexuales explícitas en el cine o la televisión, que antes no se veían, lleva a copiar esas conductas que aparecen una y otra vez de ese modo y cada vez en los más jóvenes. Se nos presentan los protagonistas con el cuerpo según lo que se considera atractivo hoy en día, y sin embargo el personaje es insípido, sin cultura. Esto también se ve en las redes sociales… Los llamados 'influencers' venden más apariencia que cultura. Y todo ello contribuye a que una persona de constitución media o una persona que se pueda considerar rellenita, según los cánones de belleza actuales, se sienta de inmediato acomplejada al ver que su cuerpo no da la talla en su entorno social.

Más grave que la cocaína


Hoy sabemos que la adicción a la pornografía es más grave que la de la cocaína, pues afecta a círculos cerebrales concretos, en donde una sustancia llamada dopamina asoma, y después de un tiempo de ver este tipo de imágenes, uno se ve embrujado a buscarlas, es como un imán que arrastra en esa dirección. Millones de adolescentes atrapados en esto, desde los 12-14 años sin que sus padres se enteren, lo que cambia su visión de la mujer, de la sexualidad y del amor.

"Es a diario, y los fines de semana más... Pensé que era normal, casi todos mis amigos lo ven, pero un rato a la semana... Sáqueme de aquí"  

Un chico vino a mi consulta diciendo literalmente: Doctor, todo lo que le voy a contar es supersecreto profesional, pues mi madre, que me acompaña a la consulta, no sabe nada de esto, y le he dicho que tengo ansiedad: desde hace unos tres años soy adicto a la pornografía. Es a diario, y los fines de semana paso muchas horas con esto... Al principio pensé que era una cosa normal, casi todos mis amigos ven 'porno', pero un rato a la semana… Lo mío es terrible… Yo estoy mal, haga lo que sea para sacarme de aquí”.

El posterior sentimiento de culpa

Y este no es el único caso con el que me he encontrado en los últimos años. Sorprende bastante saber que muchas personas entre 40 y 60 años la ven con bastante frecuencia. Quizás no lleguen a la adicción en sentido estricto, sino que algunas veces a la semana o en horas muertas la buscan, pasan unas horas entretenidos con este material. Algunos tienen después un sentimiento de culpa, que les viene por la educación que han recibido (que entonces era más tradicional y recatada), pero no por eso dejan de verlo, ni de actuar de ciertas formas en la intimidad.

Hay un gran negocio detrás de la industria de la pornografía… que destruye a la persona y la convierte en esclava. Millones de niños, adolescentes y adultos enganchados a esto, cambiando su perspectiva sobre las personas, el amor, las relaciones íntimas y el verdadero sentido de una sexualidad sana. El problema del adicto a la pornografía es que cuando tiene relaciones íntimas con su pareja, le pide 'cosas especiales' que ha visto escenificadas, y la sexualidad deja de ser un acto que empieza por la ternura, por la delicadeza, por una afectividad y que termina en el acto sexual, para ser solo sexo rápido, brusco, sin liturgia y con peticiones muchas veces degradantes para la otra parte, que no siente tanto o nada de placer, y por tanto se retrae a la hora de tener relaciones sexuales, que puede llevar a una crisis de pareja. No eres más libre cuando haces lo que te apetece, sino cuando eliges aquello que más te hace persona.

La sexualidad debe estar dentro del campo de los sentimientos: es el lenguaje del amor comprometido, de la intimidad que nace entre dos personas que se quieren. La clave está en integrar la sexualidad en el proyecto común de la pareja. Y hacerlo con armonía.

Hay un gran negocio detrás de la industria de la pornografía… que destruye a la persona y la convierte en esclava. Millones de niños, adolescentes y adultos enganchados a esto, cambiando su perspectiva sobre las personas, el amor, las relaciones íntimas y el verdadero sentido de una sexualidad sana. 
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👉 FRASES DE ENRIQUE ROJAS


«La pornografía impide que la persona sea libre»



"Me dice una persona de mi equipo en la consulta, psiquiatra en torno a los treinta años: doctor Rojas, tú cometes un error cuando a la gente joven que viene a nuestra consulta, por el motivo que sea, le preguntas: ¿tú ves pornografía? El asunto hay que formularlo de otro modo: ¿tú cuánta pornografía ves? Porque casi todos la ven, por no decir todos."

"¿Por qué es mala la pornografía? Porque degrada al ser humano, lo rebaja, lo convierte en alguien que solo ve en la mujer la posibilidad de tener algún tipo de contacto sexual, desdibujándose otras muchas posibilidades en la relación hombre-mujer. La pornografía es una mentira sobre el sexo. Es maestra en ofrecer una imagen de la sexualidad utópica, irreal, delirante, absurda… y que se convierte en una obsesión de distintos grados, según el nivel de consumo que esa persona tenga. "


"La sexualidad es un lenguaje del amor comprometido. Es una gran sinfonía en donde se hospedan lo físico, lo psicológico, lo espiritual y lo biográfico. Todo junto, sumado y a la vez. El sexo pasa de ser una relación cuerpo a cuerpo, de usar y tirar, epidérmico y superficial, a una relación de persona a persona, un encuentro profundo y solemne repleto de significado."

"La clave está en integrar la sexualidad en el proyecto común de la pareja. Y hacerlo con armonía. Las relaciones íntimas desempeñan un papel muy importante en la vida conyugal: es la entrega total. La pornografía juega un papel importante en el 70% de los divorcios y muchos de los integrantes de las manadas de jóvenes con abusos sexuales, llevan años viendo pornografía y muchos de ellos son verdaderos adictos."

"Educar es convertir a alguien en persona. Educar es seducir con los valores que no pasan de moda. Educar a una persona es introducirla en la realidad con amor y conocimiento. La educación sexual es enseñarle a alguien a gestionar su vida emocional con orden, jerarquía y capacidad para la entrega en el mejor sentido de la palabra. De forma moderna, abierta, liberal…pero sólida y con unos principios antropológicos firmes y de respeto al otro. La sexualidad bien entendida es el lenguaje del amor comprometido. La sexualidad es la parte física del amor. El sexo sin amor se devora a sí mismo. ¿Cabe preguntarse qué habría sucedido si la víctima de «la Manada», al igual que muchas otras víctimas de los cientos de manadas que pueblan nuestra sociedad occidental, hubiera consentido ese tipo de relación/agresión sexual? ¿Media España estaría hablando de ella? He aquí la cuestión fundamental. ¿Cualquier aberración depende hoy en día casi exclusivamente de la existencia o no de consentimiento?"


"El hombre ve mucha pornografía y le pide a su mujer unas relaciones sexuales que son de profesionales del sexo y la mujer quiere ternura y delicadeza"



Para el doctor la pornografía está siendo la educación sexual de los jóvenes de medio mundo y "eso es muy grave".

¿Por qué es mala la pornografía?
 Quiero enumerar una serie de puntos que expliquen su efecto negativo.

1. Es muy significativo que, entre sus consumidores, en sus distintas modalidades, desde el que lo hace esporádicamente al que tiene una fuerte adicción, nadie dice que ve y busca la pornografía. 

2. Degrada al que es adicto a ella. Porque le impide ver en la mujer otra cosa que no sea un posible contacto sexual, una relación física. La ve como cosa, como objeto, y a la larga esto disminuye su visión de la realidad femenina. Es un grave obstáculo para el desarrollo personal. En la adolescencia atrapa, y en el adulto, destruye.

3. En la pornografía se ponen en juego muchos mecanismos físicos y psicológicos con los que antes o después todo se desliza hacia un no poder soltar esa tendencia a su consumo. Se ha visto un aumento de casos de impotencia y eyaculación precoz en hombre jóvenes con consumo de pornografía.

4. Es la exaltación del sexo desvinculado a lo grande. Disfrutar del sexo sin la menor implicación con la persona que aparece en imagen (revistas, cine, vídeos). Es una ilusión falsa.

5. Investigaciones recientes han demostrado que puede resultar casi igual de difícil superar la adicción a la pornografía que a la cocaína o al juego. Los estudios hablan de que los circuitos cerebrales implicados en esta adicción son tan resistentes como los de la cocaína. Yo lo he comprobado en pacientes con grave adicción a ella. La esclavitud parece libertad. Su síndrome de abstinencia es muy potente.

6. La pornografía es una rampa deslizante que acaba en la masturbación: es el sexo con uno mismo, tirando del archivo de imágenes que se almacena en la memoria. Se busca un sexo rápido, inmediato… que a la larga puede incapacitar para tener una relación sexual de pareja sana.

7. La verdadera sexualidad es otra cosa: una sinfonía física, psicológica, espiritual y biográfica. El sexo pasa de ser una relación cuerpo-a-cuerpo a otra cosa bien distinta: una relación de persona a persona.

Hoy, con alguna frecuencia, sucede lo siguiente: el hombre, fingiendo amor, lo que realmente busca es sexo; y la mujer, fingiendo sexo, lo que verdaderamente busca es amor.

La sexualidad sana es aquella que se integra en el proyecto de vida, como un ingrediente más ligado al amor.


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ARTÍCULOS PUBLICADOS POR ENRIQUE ROJAS DESDE EL AÑO 2007
https://www.almendron.com/tribuna/autor/enrique-rojas/


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👉 LIBRO: Pornografía: Comprender y afrontar el problema

Peter C. Kleponis



La adicción a la pornografía ya es una epidemia: se empieza cada vez más joven y no es solo cosa de hombres                

Peter C. Kleponis, psicólogo y terapeuta clínico, se ha especializado en tratar este problema y sus efectos devastadores sobre la vida matrimonial, incluso en familias católicas. Su libro ofrece esperanza.

Un 10% de los hombres confiesa adicción a la pornografía. 

Una tercera parte de las visitas a portales pornográficos son mujeres, que son una quinta parte de los adictos. 

La edad media de la primera exposición a pornografía ha descendido hasta los 11 años. 

A los 18 años, el 90% de los chicos y el 60% de las chicas han visto pornografía, incluyendo sexo en grupo (83% y 57%) y prácticas sadomasoquistas (39% y 23%). 

Éstas y más cifras preocupantes permiten al psicólogo Peter C. Kleponis dar la voz de alarma sobre la magnitud epidémica del consumo de pornografía y de su adicción correspondiente, que está destruyendo miles de matrimonios. 

Desde hace veinte años está especializado en terapia familiar, con una especial consagración a este problema. 

Ha escrito un libro, Pornografía. Comprender y afrontar el problema, donde enseña a saber si uno padece esta adicción y cómo detectar sus síntomas en el cónyuge o los hijos, así como la forma de abordarlo. 

La solución exige un esfuerzo similar al que se plantea para las dependencias de sustancias, pero existe y funciona.

 Detalla varios casos reales. Con ayuda profesional es posible restaurar la integridad de la persona, explica Kleponis, y dar una segunda oportunidad a las relaciones que la pornografía pervierte y destruye. Su éxito con cientos de parejas, muchas de ellas católicas pero igualmente esclavas de esta adicción (que internet ha agravado y extendido de forma inquietante), avala su convicción de que hay esperanza de recuperar la libertad.


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👉 LIBRO: La pornografía online. Una nueva adicción.

 

Una nueva droga que llega hasta nuestras casas

Una adicción en crecimiento 

Corre el siglo XXI y ya hemos visto cómo las drogas se van adecuando a los tiempos que vivimos. Si antes el «crack» o la «heroína» eran las drogas más poderosas o más devastadoras, ahora lo es la pornografía online, una droga dura en la que se ven inmersos millones de personas.

No debemos olvidar que se trata de un problema a nivel planetario, presente en todo el mundo, con 146 millones de páginas web que son visitadas por millones de personas diariamente (llegando casi al 30% del tráfico que se produce en internet a nivel global) y con unos ingresos que se cifran en millones de dólares y que superan con creces los de las grandes compañías.


Repercusiones de la pornografía

Esta nueva droga también tiene una serie de efectos en el cerebro de quien la consume, modificando la masa cerebral tras largas horas de exposición a pornografía, tal como lo avalan algunos estudios científicos llevados a cabo en Alemania por el Instituto Max Planck.


Pornografía online: fácil acceso y tolerancia en la sociedad

Uno de los problemas a los que apunta el autor es que precisamente hoy día se tiene un gran acceso a esta droga (vivimos en la era de las comunicaciones), en cualquier lugar y momento incluso. A esto hay que sumar, como ya hemos dicho, el gran número de páginas web dedicada a la pornografía, que cada día, por cierto, es mayor.

La pornografía se ha convertido en algo «normal» en esta época, en la que se difunden sin ningún pudor conductas sexuales a través de las numerosas maneras que existen hoy día de «compartir» algo. No es extraño encontrarse con una «erotización» de la cultura de una «pornificación» de la sociedad en la que todo vale y en la que lo normal es crear iconos sexuales para todo tipo de personas. La pornografía y el sexo al gusto del consumidor.


Luz al final del túnel


El autor no sólo se queda en una mera exposición de los problemas actuales o de cómo puede llegar a influir esta adicción a la persona. Como droga se necesita una cura, una «desintoxicación». Ofrece tanto una serie de formas para poder evaluar la situación y pasos para poder combatir contra la pornografía y la masturbación, y de esta manera poder salir de esta nueva droga dura que tanto daño hace actualmente, no sólo a quién la consume sino también a aquellos que están alrededor de ellos.

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