domingo, 2 de mayo de 2021

EL TEST DEL CARAMELO - AUTOCONTROL - FUERZA DE VOLUNTAD


 


Autocontrol 
El famoso experimento del TEST DE LA GOLOSINA de Walter Mischel pone de manifiesto la importancia del autocontrol para lograr una vida más plena. Un recurso personal muy importante para que cualquier niño promueva su vida hacia cotas más justas e igualitarias. Nos invita y nos anima a enseñar a nuestros hijos a esperar, a retrasar la gratificación.

Que aprendan a medir: Cantidades, gastos, consumos, tiempo, colaboración ... en las mil oportunidades que ofrece la vida diaria; a medir las consecuencias de sus decisiones, ejercitando así la atención y la memoria! Saber que el autocontrol, además de la determinación, requiere estrategias, metas y motivación, y por supuesto el necesario análisis y control de las emociones que surgen.

Destacamos algunos detalles:
* El autocontrol es clave fundamental para la socialización de las personas, y está vinculado a la felicidad. 
* El autocontrol puede aprenderse y mejorarse, y protege a nuestros hijos de las complicadas decisiones que tendrán que tomar, promoviendo así la integración, la igualdad y el reparto de los bienes y la cultura. 
* Solo se espera, solo se resiste, cuando se tiene la confianza de que el objetivo estará allí cuando yo llegue.





Vamos a aprender a resistir casi cualquier tentación con el reto de los 10 minutos. ¿Preparados? En este experimento clásico, estos niños están comprobando lo difícil que resulta resistir la tentación de comerse un caramelo. Si aguantan sin comerse el primer caramelo durante un tiempo, recibirán el doble de caramelos de recompensa. Para resistir la tentación, estos niños tienen que ejercer autocontrol, que es la capacidad de aguantar un poco de frustración ahora para lograr tus metas más adelante. 


Los que lo logran mejor son los que utilizan estrategias de distracción, como mirar hacia otro lado o pensar en algo distinto al caramelo. 

Resulta que sabemos que esta habilidad de autocontrol es importantísima. 

Los niños que logran mostrar autocontrol a estas edades tendrán muchas más posibilidades de lograr sus metas cuando sean adultos.

Y es que necesitas autocontrol para casi todo. Para estudiar para un examen, para no comer demasiado, para aguantar un jefe pesado, para educar a tus hijos, para cuidar a tus padres, para escribir un libro, para montar un negocio... Para conseguir tus metas, las que sean, necesitas autocontrol. 

¿Cómo andas de autocontrol? 

Primero vamos a comprender qué pasa en tu cerebro cuando tienes ganas de algo. Pongamos que tienes ganas de un helado. Ves el helado y tu cerebro empieza a segregar dopamina y eso pone en marcha lo que llamamos los centros de recompensa del cerebro que te hacen sentir bien. Sabes que el helado te va a dar placer. Pero ¿por qué sentimos además tanta urgencia por consumir el helado? Bueno, pues esta es la parte mala. 

El cerebro va a generar una cascada de hormonas estresantes para que consigas esa recompensa y ese placer cuanto antes. Por eso cuando nos apetece algo tiene que ser ya! Si tu cerebro no se estresase tanto cuando deseas algo, sería más fácil gestionar los deseos. 

Podríamos pensar con más calma acerca de cómo y cuándo queremos satisfacerlo. ¿Qué puedes hacer para gestionar esta respuesta estresante del cerebro cuando deseas algo? 

Pues los neurólogos sugieren dos estrategias: La primera es fijarte en lo que deseas. Curiosamente, cuando sientes un deseo, si te centras en él, disminuyes la respuesta estresante del cerebro. Así que, si deseas algo que sabes que no te conviene, no intentes negártelo de entrada. Dite ti mismo: Vale, me apetece un helado. 

Y ahora llega la segunda estrategia: Le has dicho a tu cerebro "Vale, me apetece un helado" Va a ser tuyo. No te preocupes por ello. Pero... Dentro de 10 minutos. Esa es la segunda estrategia. 

El cerebro, cuando conoce las reglas del juego, se calma y frena esa cascada de hormonas de estrés que causan los deseos. Durante esos diez minutos haz algo que te distraiga. Pon distancia entre tú y la tentación. Llama a un amigo, haz un poco de ejercicio, pon música... Y repítete: Lo haré, pero más tarde. ¿Así qué logras?

 Logras aminorar la tentación y estarás en mejores condiciones de tomar decisiones sanas para ti. Al principio te costará pero, con un poco de paciencia y entrenamiento regular, conseguirás disminuir la respuesta ansiosa, estresante del cerebro y serás más dueño y menos esclavo de tus deseos. Estarás entrenando tu músculo de autocontrol y eso te va a ser muy útil.

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